Los niños suelen sobrellevar bien los momentos difíciles si son informados de forma veraz y se les acompaña emocionalmente por parte de adultos conocedores del proceso.
- Evita las mentiras, explica la muerte tal y como tu la entiendes. Intenta contestar a las preguntas que formulen de forma sincera y sencilla. Es probable que no tengas respuesta para algunas de sus preguntas, reconócelo abiertamente.
- Evita utilizar palabras o expresiones que puedan confundir al niño, como por ejemplo "se quedará dormido" o "irá al cielo" en niños menores de 6 años.
- Crea un ritual en el que ellos puedan participar activamente.
- Es muy probable que los niños menores de 6 años manifiesten inicialmente rechazo hacia el animal o expresiones de substitución, no es más que una reacción a la pérdida. No los juzgues y dales tiempo para que procesen las emociones.
- Pon palabras a las emociones y dales espacio para expresar y ordenar sus propias emociones.
- Posteriormente a la eutanasia o muerte del animal, crea espacios en los que se pueda hablar de los recuerdos, del proceso de muerte en sí y de los sentimientos actuales.
- Informa a las personas relevantes de su alrededor como familia o tutora para que puedan entenderlo.
- Es posible que te sea difícil mantener la calma durante esos momentos, si no te ves capaz busca un adulto en tu entorno que pueda ayudarte a gestionar la situación.
- No es necesario ocultar nuestro propio dolor ni llorar a escondidas. Es bueno mostrar que los adultos también somos vulnerables y que queremos compartir la tristeza.