Gatos de zoo y gatos domésticos: los mismos principios a una escala diferente

 
 


Los gatos de zoo y sus homólogos domésticos

La familia felina al completo está compuesta por aproximadamente 37 especies diferentes. Son aproximadamente 37 porque el ir y venir de las técnicas de clasificación hace que siempre haya un continuo cuestionarse sobre una u otra característica que podría o no cambiar la clasificación de algunos individuos de la familia.

En esencia, la familia de los gatos a lo largo de toda su línea tiene una conformación corporal muy similar, con pequeñas variaciones del tema. Los gatos Serval de África (foto 1) patilargos y de pelo corto, comparados con los gatos Pallas de las estepas, paticortos y con mucho pelo, aunque visualmente extremos opuestos, tienen sus equivalentes domésticos.
 
En virtud de lo que es, el gato doméstico es la especie felina con la que la mayoría tenemos contacto regular y es la que ha despertado en muchos de nosotros un interés en sus homólogos salvajes.

Personalmente, apreciaba mucho la presencia de un gato doméstico cuando trabajé en el zoo como cuidador de carnívoros senior, trabajo que considero como un gran privilegio y que desarrollé durante 23 años de mi vida.

Mi día completo lo pasaba en presencia de los preciosos, pero peligrosos e intocables gatos salvajes. La política de los cuidadores en aquella época era la de mantener a los animales a su aire para que estuviesen lo más cerca posible de la vida salvaje. Convertir a estos animales en mascotas era considerado como una falta de profesionalidad.

Así que sólo por las noches, cuando volvía a casa, tenía la oportunidad de una manera segura, de sentir de cerca, el pelo suave y caliente y relajante de mi compañero felino.

Debería decir, de todos modos, que no todos los gatos exóticos con los que he trabajado eran poco accesibles, y de hecho, algunos pedían el contacto con sus cuidadores y parecía que les gustaba la experiencia.

Los tigres, por ejemplo, emiten una vocalización cercana y débil llamada “prusten” que hacen cuando se acercan a sus cuidadores o a algún otro tigre con intenciones amistosas. “Prusten” suena un poco como la palabra “iff, iff, iff” repetida en una sucesión rápida, y normalmente es emitida en secuencias cortas y rápidas. Esta llamada se usa en ocasiones cuando el tigre se aproxima a un cuidador que le gusta para que le rasque.

De todos modos, a no ser que conozcas al tigre en particular, es mejor no correr el riesgo.  Tuvimos una tigresa que emitía la amistosa llamada “iff, iff, iff” cuando se aproximaba frotándose contra la verja, solicitando contacto. Era un individuo un poco malintencionado. Cuando el cuidador era atraído para frotar sus dedos en su suave pelo naranja, ella de modo inesperado  se lanzaba hacia su dedo o arremetía hacía la cabeza del cuidador con sus enormes zarpas.
Muchos propietarios de gatos domésticos han sido víctimas de este peculiar “sentido felino del humor”, aunque las consecuencias, probablemente, no hayan sido tan graves.

Como es de esperar, muchos de los comportamientos exhibidos por especies salvajes de gatos se pueden observar en sus primos los gatos domésticos. Un gran número de semejanzas psicológicas se pueden ver a lo largo de toda la familia de gatos y de sus parientes prehistóricos.

El importante trabajo de Leyhausen sobre el comportamiento de los gatos (Leyhausen, 1979),  destaca e ilustra con fotografías la importancia de los bigotes felinos en su comportamiento de caza. Los gatos pequeños, cuando están cerca de su presa, usan sus bigotes para ayudarse a calcular la distancia hasta la presa orientando los bigotes hacia delante. Los bigotes son tan sensibles que pueden sentir hacia que lado están los pelos o las plumas de la presa de modo que el gato puede determinar donde está la cabeza para empezar a alimentarse por ahí. Los pequeños gatos exóticos de los zoos demuestran el mismo uso de los bigotes incluso aunque se les presenten presas muertas.

El uso de los bigotes en los gatos de gran tamaño es un poco más difícil de explicar, y todo el mundo está de acuerdo en que gatos como los leopardos los usan cuando manipulan la presa capturada para ayudarse a determinar exactamente los movimientos y la posición de esta y así poder realizar una muerte eficaz. Una cosa es segura, los bigotes y su sensibilidad han sido importantes para la supervivencia de los gatos durante un periodo de tiempo largo.

Los tigres dientes de  sable, que se extinguieron en América hace 10000 años, pensamos que tenían bigotes sensibles.

La razón por la que pensamos esto es por que los nervios de los bigotes de los gatos modernos pasan por el canal infraorbital hacia el cráneo, hasta llegar al sistema nervioso del animal. Este canal también estaba presente y bien desarrollado en los tigres dientes de sable (Turner y Anton 1997).

¿Usaban los  tigres dientes de sable sus bigotes del mismo modo que sus homólogos modernos? Parece probable que fuesen muy cuidadosos al usar esos caninos tan desarrollados, y la mordida tan precisa, ayudada de los sensibles bigotes, tuvo que serles que ser muy útil. Es un vínculo fascinante entre las especies de gatos salvajes que viven en la actualidad, el gato doméstico, y sus predecesores ya extinguidos.

Aromas y olfato
Los recintos de los felinos en los zoológicos son, por su naturaleza, ambientes con un olor muy fuerte debido a que se junta en un mismo edificio el esfuerzo de marcaje mediante feromonas de un gran número de individuos. Personalmente no encuentro este olor para nada desagradable ya que he pasado un tiempo considerable de mi vida con él. De hecho, a medida que he ido viajando a lo largo del mundo visitando colectividades de gatos, me siento como si estuviese en mi casa con el rancio olor de gatos a mi alrededor.  Los gatos domésticos, en particular, los machos no castrados, producen una orina para marcaje con un olor muy poderoso, por eso no son los más perfectos compañeros de casa.

En los zoos, por supuesto, la mayoría de los machos no están castrados e incluso la más perfecta ventilación  no hace prácticamente nada para rebajar la atmósfera rancia que se crea.

Los olores que los animales producen son mensajes químicos y algunos están designados para perdurar. Algunos humanos encuentran el olor de los gatos domésticos y salvajes desagradable y en el pasado ha conducido a funestas consecuencias a los gatos. En tiempos pasados cuando los circos  se movían de pueblo a pueblo, las jaulas de los leones y los tigres se limpiaban en detrimento de sus habitantes. Los cuidadores de los animales sumergían los vagones en desinfectantes fuertes y muy olorosos para apaciguar las narices tan sensibles de los visitantes. Desafortunadamente, usaban desinfectantes que contenían fenoles. Los fenoles se absorben por la piel de los gatos, incluso a través de las almohadillas, y esto traía malas consecuencias. Otros animales, incluidos los humanos tienen menos problemas con estos químicos ya que poseen una enzima que se une al fenol, permitiéndoles excretarlo de su organismo. Todos los gatos, domésticos y salvajes son sensibles a este tipo de veneno.

Tanto los gatos domésticos como los salvajes usan el olor de su orina para marcar su territorio y es una pena que la gente en general no aprecie el sentido de esta función e intente erradicarla.

Los gatos domésticos son capaces de analizar la esencia de un olor “degustándolo”. Los gatos, tanto los salvajes como los domésticos, realizan una expresión facial llamada “flehmen”. Parece que hagan una mueca con la cara, elevan los labios enseñando los dientes, lo realizan cuando están analizando un rastro, un olor fuerte. Pasan fluidos por los canales naso-palatinos, los orificios externos que se pueden ver justo detrás de lo incisivos superiores en la boca. Los fluidos de los canales se mezclan con el aire que el gato justo acaba de inhalar y pasan al órgano vomeronasal o de Jacobson en el cerebro. El órgano de Jacobson es un saco doble cerrado que está conectado con receptores sensitivos que descodifican el olor. Los tigres, los leopardos y otras especies de gatos salvajes realizan este comportamiento igual que sus primos los gatos domésticos.

Los gatos tienen respuestas peculiares para los perfumes que usamos los humanos. Algunos parece que entran en trance, mientras que otros se excitan demasiado. Una hembra de lince siberiano con la que trabajé, que normalmente era bastante tímida y distante, encontró que el olor del jabón de los cuidadores era bastante atractivo y se transformaba en amistosa y como embelesada en su presencia.

Algunos perfumes humanos usan como base la esencia aceitosa de las glándulas perianales, que se encuentran bajo la cola de las “civetas o gatos de algalia”. La razón para esto es que los olores de estos gatos casan muy bien con los olores agradables y permanecen más en la piel del hombre después del baño. Las “civetas o gatos de algalia” por su puesto, no son para nada gatos, pero son miembros de la familia viverridae que también contiene a la genetas y linsangs.

Los olores de las “civetas o gatos de algalia” podrían significar algo diferente para un gato que para un humano, pero, como he mencionado anteriormente, a alguno parece gustarle.

Tanto las especies de gatos domésticos como los salvajes usan las mejillas y el cuerpo para frotarse para intercambiar olores y marcar territorio. Los gatos domésticos a menudo se frotan contra los propietarios y eso se ha sugerido que es como frotarse contra otro gato más dominante. Pero los gatos no sólo se limitan a frotarse contra otras criaturas también lo hacen en objetos de su territorio. En la casa la pata del sofá o de una silla recibirá un frotado rápido, mientras que en el jardín lo harán en una rama baja o el poste de la valla. El precioso leopardo de las nubes de Sudeste asiático realiza un marcaje muy elaborado con las mejillas. Cuando el gato se acerca a un lugar adecuado para ser marcado, abre su boca abiertamente y luego lentamente frota un lado de su mejilla sobre el objeto que quiere marcar. Este comportamiento de marcaje a veces varía, según lo que yo he visto, estos leopardos pueden ligeramente mascar una rama, simplemente romper un poco la corteza es suficiente para exponer la savia. El gato entonces, despacio y de modo deliberado frota su mejilla sobre la superficie rota de la rama. Realizando esto podrían conseguir que el olor de sus marcas se mezcle con la savia y permanezca más tiempo activo que las marcas depositadas en ramas que no estuviesen rotas o en ramitas.

Bandejas para deposiciones (bandejas de arena)
Puede ser una sorpresa para algunas personas que las bandejas de arena que se usan en los gatos domésticos sean también de utilidad en el pabellón de los felinos del zoo. Estas bandejas de arena son esenciales, no sólo para la higiene de los humanos sino para permitir un comportamiento de “hábito de ir al baño” en los gatos. Los gatos pequeños del mundo antiguo cavaban un agujero en el suelo donde la tierra  fuese blanda y depositan allí sus heces y las cubrían. Este comportamiento se limitaba exclusivamente al centro de su territorio. En la periferia del territorio depositaban sus heces como una marca y no las cubrían. Las especies salvajes en los zoos tienen que estar provistas de un espacio para defecar dentro de su territorio, ya que a ellos también les gusta cubrir las heces. Los gatos del nuevo mundo, sin embargo, aunque buscan un sustrato blando para defecar, frecuentemente no cubren las heces independientemente de su posición en el territorio.

El gato doméstico es más que un reflejo de su homólogo salvaje. Sus comportamientos se parecen mucho a los de sus parientes salvajes, como todo propietario podría testificar respecto del lado salvaje de su “tigre doméstico”. La domesticación no ha disminuido sus instintos de caza y un ratón es un ratón, sin importar cuanta comida haya en el comedero. Los gatos son depredadores y permanecen así incluso cuando están descansando en el sofá, o estirándose en un éxtasis relajado al final de la cama. Si tienes gato tienes un depredador en casa y, aunque se compañía sea placentera, es un cazador y no puede ser reformado.

 

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