Los gatos y los collares

 
 

¿DE VERDAD NECESITA SU GATO LLEVAR UN COLLAR?
La primera cuestión que tenemos que considerar es si nuestro gato necesita realmente llevar un collar.
Algunos propietarios instalan en su hogar una puerta gatera que  exige un dispositivo magnético o electrónico instalado en el collar del gato para que éste pueda utilizarla; otros desean que sus gatos luzcan una identificación visible a simple vista –no podemos ver un microchip- lo que puede ser útil en caso de pérdida o atropello, y otros simplemente desean que el vecindario, al ver que porta un collar, sepa que se trata de un “gato casero”.  Son razones aceptables para querer que nuestro gato lleve collar.

Sin embargo, si el  collar es un adorno o para control de pulgas - hay otros métodos de control de parásitos disponibles que son muy eficaces-  debemos considerar seriamente todos los posibles riesgos, que son muchos, y las pocas ventajas que el hecho de lucir un collar le suponen  al gato.
No obstante, si decidimos ponerle un collar, tendremos que tener en cuenta dos cosas: el tipo de collar y la manera en que lo colocaremos.

ELEGIR UN COLLAR
Si quiere usted un collar que incorpore un elástico compruebe cuánto permite estirarse; algunos sólo se estiran un poquito -suficiente para que el gato pueda meter una pata entre el collar y el cuello pero no pueda sacarla-mientras que otros se estiran mucho más, aunque curiosamente algunos propietarios siguen pensando que esto es más peligroso.

Compruebe también la calidad del collar; sus extremos no deben ser afilados, las costuras deben ser fuertes y el cierre firme y no cortante.

En cuanto al control de pulgas existen métodos mejores que el collar antiparasitario – los productos de aplicación tópica (spot-on) de prescripción veterinaria son muy efectivos y seguros.

Con frecuencia dejamos que el gato lleve el collar antipulgas  meses después de haber perdido su eficacia. Algunos propietarios han informado de que sus gatos han sufrido pérdida de pelo o irritaciones en la piel por el uso de estos collares, así que si usted va a utilizar uno asegúrese de comprobar regularmente que no le produce reacción.

En cuanto a los collares con cierres de apertura a presión, parecen ser seguros. Se trata de productos relativamente nuevos con  extremos de plástico que encajan a presión. Si se tira de ellos con determinada fuerza – como puede suceder si el gato se engancha en algo o introduce en él una pata- se abriría liberando al gato. Compruebe la facilidad de apertura del cierre, ya que algunos se abren más fácilmente que otros. Una idea puede ser colgar un paquete de azúcar del collar y ver si éste se abre o no.

COLOCACIÓN DEL COLLAR
Ni demasiado flojo, ni demasiado apretado, pues ambas cosas son peligrosas. De hecho, el collar tiene que quedar bastante ajustado al cuello del animal, de manera que solamente podamos introducir uno o dos dedos. Si lo colocamos demasiado flojo es posible que la pata del animal quede atrapada en él. Claro que si es un collar elástico esto resulta difícil de determinar... (véase el caso de Fudge más abajo)

Si le ponemos un collar a un gatito en crecimiento debemos estar muy pendientes de él, ya que son pequeños y muy buenos contorsionistas, quedándose enganchados en el collar con sus patas con facilidad al intentárselo quitar. También son especialistas en meterse en problemas y es fácil que el collar se les enganche en algo y queden atrapados.
Si queremos que un gato se acostumbre a llevar collar es preferible empezar a ponérselo cuando es joven (sobre los 5 meses), pero sólo mientras esté vigilado por el propietario; podemos quitárselo cuando se quede solo. De esta manera, cuando empiece a salir al exterior estará acostumbrado al collar.

CASCABELES, MEDALLAS Y OTROS COLGANTES
Cualquier cosa que cuelgue del collar puede ser peligrosa para el gato, bien porque sus uñas se enganchen en el colgante o porque éste quede atrapado en algo. Se conoce el caso de un gato que quedó enganchado a una caldera de calefacción central cuando la medalla que llevaba se introdujo en las ranuras de la rejilla y giró sin que el gato pudiera escapar, aunque afortunadamente para él el aparato estaba apagado. En cuanto a los cascabeles, piense si de verdad su gato necesita llevar uno- si  quiere que pueda advertir a los pájaros de su presencia debe tener un sonido bastante fuerte- y fíjese en que las ranuras del mismo sean anchas para que las uñas no se le queden enganchadas.

En Inglaterra, la RSPB ha puesto recientemente en  marcha un estudio para determinar si los cascabeles son eficaces para evitar que los gatos cacen pájaros. Anteriormente algún pequeño trabajo sugería que podían serlo. Muchos propietarios de gatos son también aficionados a los pájaros y les gustaría proteger a estos visitantes alados del jardín. Si los resultados de este estudio revelan que los protege significativamente podría ser algo a tener en cuenta, pero si no es así entonces el cascabel es solamente un riesgo añadido y no una razón válida para portar un collar.

Siempre existirá demanda de collares para gatos, así que aunque creemos que en un mundo ideal los gatos vivirían mejor sin ellos, estos consejos podrán ayudar a elegir  y colocar el collar de la forma más segura posible. 

 

 

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