Hipertensión (elevación de la presión arterial) en el gato

 
 


“Hipertensión” es el término médico que define la elevación de la presión arterial, un problema muy común en los humanos  al que, sin embargo, sólo en los últimos años se le ha prestado atención en medicina felina.
La hipertensión felina es en general consecuencia de otra enfermedad (por eso la llamamos hipertensión secundaria), aunque también la hipertensión primaria, sin que exista ninguna otra enfermedad de base, puede ocasionalmente aparecer en el gato. En medicina humana, generalmente, encontramos lo contrario,  siendo la hipertensión primaria la más común. Las enfermedades más comunes que causan hipertensión secundaria en el gato son la insuficiencia renal crónica y el hipertiroidismo (exceso de actividad de la glándula tiroides). Otras causas menos frecuentes de hipertensión secundaria son la acromegalia (debida a un tumor que produce cantidades excesivas de hormona del crecimiento) y la enfermedad de Cushing, en la que el organismo produce una cantidad anormalmente alta de corticosteroides debido a la existencia de un tumor, bien en las glándulas adrenales o bien en la hipófisis, también llamada glándula pituitaria.

EFECTOS DE LA HIPERTENSIÓN

La hipertensión es perjudicial para el organismo, afectando principalmente a los siguientes órganos:
           
Ojos:
La hipertensión puede provocar hemorragias intraoculares, así como inflamación o desprendimiento de la retina que resultan en disminución o pérdida de la visión, con frecuencia irrecuperable.

Cerebro y sistema nervioso:
Las hemorragias en este área pueden provocar síntomas neurológicos como comportamientos extraños, marcha tambaleante,  e incluso demencia y coma.

Corazón:
La hipertensión mantenida dificulta el trabajo del corazón de bombear la sangre afectando principalmente a los músculos del ventrículo izquierdo. En casos muy severos esto produce fallo cardiaco congestivo, que suele manifestarse con problemas respiratorios y letargia (disminución muy acusada de la actividad y somnolencia).

Riñones:
La probabilidad de sufrir una insuficiencia renal crónica sería mayor en los gatos con hipertensión y también  la agravaría en los casos en que existiera anteriormente.

SÍNTOMAS CLÍNICOS

Puesto que en el gato la hipertensión es en general consecuencia de otra enfermedad de base, los animales afectados pueden presentar síntomas relacionados con la enfermedad  subyacente; por ejemplo, en el caso de los gatos hipertensos por hipertiroidismo, la pérdida de peso (comiendo más de lo normal) y la hiperactividad suelen ser lo más llamativo.
En muchos de nuestros pacientes los síntomas suelen ser tan vagos e inespecíficos que el propietario no solicita la atención veterinaria hasta que el gato no manifiesta signos de hemorragia intraocular o ceguera súbita.
Las graves y, a menudo, permanentes secuelas de la hipertensión  arterial en la capacidad visual y en la funcionalidad de otros órganos y sistemas hacen que el diagnóstico precoz sea fundamental para poder controlarlas y minimizarlas.
Algunos animales con hipertensión se muestran deprimidos, decaídos y rehuyen el contacto con sus propietarios; el tratamiento de la misma suele redundar en una clara mejoría del comportamiento del gato incluso en ausencia de lesión de otros órganos.

DIAGNÓSTICO

Se debería sospechar de hipertensión en cualquier gato que presentara insuficiencia renal crónica, enfermedad cardiaca o hipertiroidismo. La hipertensión puede ser la causa de ceguera súbita y de otros problemas de visión. Los animales mayores son más propensos a padecer hipertensión, por lo que el protocolo de exploración de los mismos debería incluir la medición sistemática de la presión arterial.
Existen diversas técnicas y equipos que permiten medir la presión arterial y la mayoría de las clínicas veterinarias dispone  actualmente de medios para llevarla a cabo. El equipo de medición es muy similar al usado en medicina humana, con un manguito inflable que se coloca alrededor de una pata delantera o en la cola. La toma de la tensión arterial suele requerir pocos minutos, es absolutamente indolora y la mayoría de los gatos la tolera perfectamente.

El examen detallado del ojo es también muy importante, puesto que los problemas que afectan a la visión son muy comunes en los gatos hipertensos. En aproximadamente la mitad de los gatos afectados de hipertensión se pueden apreciar alteraciones discretas de la vascularización del fondo del ojo y la retina; en casos más severos las lesiones son mucho más llamativas, como el desprendimiento de retina y las hemorragias intraoculares. Generalmente ambos ojos están afectados, aunque las lesiones pueden ser más graves en uno de ellos.
Si no se tiene acceso a equipos de medición de la presión arterial, un examen ocular  exhaustivo podría diagnosticar la hipertensión arterial y monitorizar la evolución una vez instaurado el tratamiento. No obstante, la medición apropiada de la  tensión se considera más apropiada para el diagnóstico y para el seguimiento de la respuesta a la medicación.

¿CÓMO DEBEMOS ACTUAR  CON UN GATO HIPERTENSO?

Ante un gato al que se le haya diagnosticado hipertensión  debemos plantearnos dos objetivos fundamentales:

  • Disminuir la tensión arterial  administrando medicamentos antihipertensivos. Existen diversos fármacos efectivos, aunque muchos de ellos no están expresamente autorizados para su uso en medicina felina. Algunos de los fármacos habitualmente utilizados son el amlodipino (Amlodipino EFG ®, Astudal ®) y el benazepril (Fortekor ®).-
  • Llevar a cabo las pruebas diagnósticas necesarias que permitan confirmar o descartar enfermedades primarias que podrían ser la causa de la hipertensión  En algunos casos, como en el hipertiroidismo, el tratamiento de la enfermedad subyacente hace desaparecer la hipertensión.

También es importante valorar las complicaciones de la hipertensión en cada uno de los pacientes (por ejemplo las lesiones oculares), con el objeto de hacer un seguimiento correcto tras instaurar el tratamiento.
La respuesta al tratamiento antihipertensivo es muy variable y difiere mucho de un paciente a otro, lo que hace que a veces estabilizar la tensión requiera un tiempo  relativamente largo, que debamos probar con varios fármacos  o que sea necesario administrar varios fármacos diferentes a diario. Se deben efectuar mediciones frecuentes de la presión arterial y vigilar la evolución de las lesiones oculares para poder valorar la respuesta al tratamiento.
En pacientes con enfermedad renal es importante vigilar la funcionalidad del riñón, puesto que la hipertensión lesiona los riñones y puede empeorar la insuficiencia renal. El uso de fármacos antihipertensivos parece ser beneficioso y ralentizaría la progresión de la insuficiencia renal, aunque no está suficientemente demostrado. El amlodipino, y más recientemente el benazepril, se han utilizado con éxito y no han provocado efectos adversos.
El uso de dietas con bajo contenido en sal es también beneficioso, aunque no es suficiente como única medida para controlar la hipertensión. No es recomendable que los gatos afectados se alimenten con golosinas o premios puesto que la mayoría de ellos contienen altas cantidades de sal. En general, la mayoría de los gatos hipertensos pueden tomar alimentos comerciales convencionales. En algunos casos se recomienda la alimentación con dietas específicas de prescripción, como en los gatos con insuficiencia renal crónica, en los que las dietas bajas en proteínas y fósforo a menudo resultan beneficiosas.

PRONÓSTICO

En los casos de hipertensión primaria, en los que no existe una enfermedad de base que cause la elevación de la presión arterial, es bastante probable que podamos conseguir un control adecuado de la hipertensión y prevenir complicaciones, como las lesiones oculares. En los casos de hipertensión secundaria el pronóstico a largo plazo depende de la naturaleza y la gravedad de la enfermedad causante de la hipertensión. Los gatos con insuficiencia renal crónica que desarrollan hipertensión tienen peor pronóstico que aquellos en los que la causa de la elevación de la tensión es tratable, como el hipertiroidismo. En cualquier caso, es importante efectuar mediciones frecuentes de la presión arterial para prevenir problemas como la ceguera. Los gatos en los que aparece ceguera como consecuencia de la hipertensión pueden aún beneficiarse del tratamiento antihipertensivo y vivir durante varios años con una calidad de vida aceptable.

compartiendo información
por el bien del gato

GEMFE es un socio nacional de ISFM

©This information sheet is produced by International Cat Care

iCatCare, High Street, Tisbury, Wiltshire, SP3 6LD, UK

www.icatcare.org

 

Registered Charity No: 1117342