Eutanasia

 
 

Si su gato está sufriendo grandes dolores difíciles de controlar, o si padece una enfermedad terminal,  es posible que usted o su veterinario contemplen la posibilidad de practicarle la eutanasia  para evitarle sufrimientos innecesarios. Enfrentarse a la decisión de practicar la eutanasia o “dormir al gato” es siempre una situación  muy emotiva. En el caso de gatos sanos, sin embargo, algunos veterinarios pueden decidir no practicar la eutanasia y en su lugar, ofrecer a los propietarios que por algún motivo no pueden mantener al gato en casa la posibilidad de encontrarle un nuevo hogar. 

La decisión de llevar a cabo la eutanasia es muy dura.  El consejo de su veterinario  será de gran ayuda en el momento de tomar una elección difícil. Cuando no hay alternativas razonables, permitir a un gato morir en paz y dignamente puede suponer un alivio inmenso.  La eutanasia puede ser una de las cosas más buenas que un propietario puede hacer por el gato al que quiere y por el que se preocupa.

¿Qué sucede cuando “dormimos” a un gato?
 El procedimiento mediante el cual a un gato se le practica la eutanasia es muy sencillo e indoloro. Consiste en administrar una dosis alta de un agente anestésico que simplemente producirá en el gato una perdida de consciencia e inmediatamente después la muerte. Habitualmente este anestésico se administra mediante una inyección intravenosa en  una vena de la pata delantera. La pérdida de conocimiento y la muerte se producen a los pocos segundos de la inyección. En algunas ocasiones, tras haber perdido la consciencia el gato respira profundamente, o tiene una respiración entrecortada, y ocasionalmente tras haber muerto puede tener espasmos o temblores musculares involuntarios durante unos segundos. Esto es una reacción normal del organismo, y no debe ser confundido con que el gato continúa con vida. Cuando se practica de este modo la eutanasia es un procedimiento rápido, controlado, sin estrés e indoloro. No obstante, si un gato es muy nervioso es posible que el veterinario le inyecte primero un sedante para asegurarse de que sus últimos momentos de vida están completamente libres de inquietud.

¿Es normal que los dueños estén presentes cuando se “duerme” a su gato? 
Los propietarios son los que deciden si quieren estar junto a su gato mientras se le practica la eutanasia, o dejan al gato con el veterinario. La mayoría eligen permanecer junto a su gato en este momento, pero usted  no debe sentirse culpable si le parece una situación demasiado dura o difícil de soportar. Si se queda, es importante para su gato el intentar no estar demasiado nervioso o preocupado, pues podría transmitirle su angustia y  causarle mayor estrés.

¿Es posible “dormir” a mi gato en casa?
Algunos veterinarios están dispuestos a practicar la eutanasia en el hogar del gato, mientras que otros no realizan visitas a domicilio – deberá discutir con su veterinario  que posibilidades le ofrece.  La eutanasia puede ser una experiencia difícil y emotiva, por lo que la mayoría de veterinarios están dispuestos a dar citas en la clínica  en horas especiales para que no haya tanta gente alrededor y evitar estrés innecesario al gato y su dueño.

¿Qué le pasará a mi gato después de haberlo “dormido”?
Usted puede elegir qué quiere que suceda con su gato después de practicarle la eutanasia. Según su preferencia, puede solicitar  a su veterinario una de estas 3 opciones:

  1. Puede llevarse el cuerpo de su gato para enterrarlo en el jardín
  2. Puede dejarlo en la clínica veterinaria para que sea recogido por el servicio municipal e incinerado  junto con otros animales – esta es la opción mas habitual
  3. Puede solicitar una incineración individual con devolución de las cenizas – aunque es relativamente caro,  es otro servicio que su veterinario puede solicitar

El proceso de duelo por su gato
Es completamente natural sentirse triste y emocionado cuando su gato muere. No tema mostrar sus sentimientos ante su veterinario – él o ella lo entenderán. Sobreponerse a la pena  lleva un tiempo, y es posible que pase por una mezcla de emociones – tristeza, soledad e incluso ira. Todo esto es normal  y forma parte del proceso de asumir la pérdida. No debería sentirse culpable o pensar que es responsable de la muerte de su gato -  la decisión de practicar la eutanasia solo se toma como último recurso, y como un acto de compasión para evitar  un sufrimiento innecesario.  Conserve los recuerdos que tiene de su gato,  de todos los buenos momentos pasados en su compañía y de lo que más le gustaba de el.  Es bueno que comparta con  alguien sus sentimientos, y si necesita ponerse en contacto con alguien que  le entienda,  en algunos países hay organizaciones que tiene líneas telefónicas  de ayuda, en el Reino Unido es el número 0800 0966606. La administran la “Blue Cross” y la “Sociedad  de Estudio de los Animales de Compañía”.    

Ayudando a los niños a superar la muerte de su gato
A veces los niños tienen dificultad para asumir  la eutanasia. Es posible que sea la primera experiencia  que tengan con la muerte, y es importante ser sincero con ellos. Dígales la verdad y anímeles a hablar de sus sentimientos, y también comparta sus sentimientos con ellos. Hábleles abiertamente sobre su gato e intente recordar los buenos tiempos. Si han decidido quedarse con el cuerpo de su gato,  es bueno permitir que los niños participen en todo el proceso de enterramiento -  los niños pueden decidir como quieren que sea la lápida,  o escribir un mensaje dirigido al gato para guardarlo en un álbum junto con sus fotos. Traer una nueva mascota puede ser una buena idea en el momento adecuado, pero es mejor no traer un nuevo gato demasiado pronto pues sus hijos necesitaran un tiempo para superar la muerte de su mascota. 

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