Infección por Chlamydofila felis (Clamidiosis)

 
 

¿Qué es la Clamidiosis?

La Clamidiosis felina  se refiere a la infección provocada por un tipo de bacteria denominada Chlamydophila felis. Existen varias cepas de bacterias del tipo Clamidia. En general son específicas de cada especie, por ejemplo, cada cepa normalmente infecta una o a un número muy pequeño de especies. La bacteria que infecta a los gatos, conocida como Chlamydophila felis, parece estar muy adaptada al gato y raramente, si alguna vez, causa enfermedad a otros animales.

La Chlamydophila es un organismo muy frágil y apenas puede sobrevivir  un  corto espacio de tiempo en el medio ambiente. La infección por tanto ocurre a través de un contacto directo entre animales.

¿Qué enfermedad produce C. felis en el gato?

En gatos, la C. felis produce principalmente conjuntivitis (infección e inflamación de la conjuntiva, delicadas membranas que cubren la superficie interior de los párpados y la esclera, o parte blanca del ojo). Los signos clínicos normalmente se desarrollan entre pocos días a una semana tras la infección y normalmente empieza con una descarga acuosa de uno o ambos ojos. Aunque a veces inicialmente sólo se ve afectado un ojo, posteriormente en pocos días ambos ojos se ven afectados. Debido a las molestias que esto ocasiona, los gatos afectados pueden mantener sus párpados parcialmente cerrados. Si la enfermedad progresa se puede observar una severa hinchazón y enrojecimiento de la conjuntiva y la descarga cambia de acuosa a un fluido espeso de color amarillento. Aunque la conjuntivitis es el signo clínico más frecuente, puede haber también presencia de leves estornudos y descarga nasal en algunos gatos afectados. De forma ocasional se puede observar una leve fiebre que puede provocar letargia e inapetencia pero, generalmente, los gatos afectados siguen sintiéndose bien y comen correctamente. Si no se administra un tratamiento, la conjuntivitis persiste  de 6 a 8 semanas o más y los gatos pueden eliminar el organismo durante muchos meses.

Aunque principalmente produce conjuntivitis, la  C. felis se ha encontrado también en los pulmones, tracto gastrointestinal y reproductivo de los gatos. Por ello se especula sobre si podría ser una causa potencial de infertilidad en hembras reproductoras.

¿Qué gatos están en riesgo de infección?

La infección por Chlamydofila es relativamente común en gatos y hasta un 30% de los casos de conjuntivitis crónica pueden ser debidos a este microorganismo.  Sin embargo, debido a que no sobrevive en el medio ambiente y requiere un contacto directo entre dos gatos para su diseminación, esta enfermedad es mucho más común cuando se mantienen juntos grandes grupos de gatos, como en refugios, criaderos, guarderías y hogares con múltiples gatos.

Aunque puede afectar a gatos de todas las edades, esta enfermedad se observa con mayor frecuencia en gatos jóvenes (5-12 semanas de edad) que son presentados con síntomas de infección persistente o recurrente.

¿Existen otras causas de conjuntivitis?

Aunque la infección por Clamydophila es una causa frecuente de conjuntivitis en gatos, existen muchas otras causas de conjuntivitis. Estas pueden ser desde un trauma en los ojos, la presencia de irritación ocular causada por materiales extraños o el roce de los pelos en la superficie del ojo, hasta otros agentes infecciosos. Los virus de la gripe de los gatos (herpesvirus y calicivirus) son una causa frecuente de estornudos junto a descarga ocular y nasal y  también pueden causar conjuntivitis. Como ocurre en el caso de la infección por Chlamydophila, la gripe felina es más común en gatitos y cuando se mantienen juntas colectividades. Algunos gatos pueden verse infectados conjuntamente  por los dos virus de la gripe y  Chlamydophila.

¿Cómo se diagnostica la infección por Chlamydofila?

Debido a que existen otras causas potenciales de conjuntivitis, para obtener un diagnóstico definitivo se requiere demostrar la presencia del organismo. Se puede tomar una muestra de los ojos (conjuntiva) con un hisopo a los gatos afectados y se debe enviar a un laboratorio especializado donde identificarán la presencia del organismo a través del cultivo u otras técnicas especiales. Esta es habitualmente la forma más fiable de hacer un diagnóstico.

¿Cómo se trata a los gatos afectados?

Las infecciones por Chlamydophila responden bien a un amplio rango de antibióticos diferentes. El grupo de antibióticos conocidos como las tetraciclinas han sido considerados como tratamiento de elección para Chlamydophila en gatos. Otros antibióticos también pueden ser eficaces, pero tienen que ser elegidos cuidadosamente porque existen antibióticos que son  totalmente ineficaces contra este organismo.

 Generalmente también se recomienda el tratamiento tópico con gotas o pomadas, pero siempre debe combinarse con un tratamiento sistémico (oral) ya que el organismo puede estar presente en otros sitios que no sean sólo los ojos. Si resulta difícil administrar gotas en los ojos, es bueno saber que las infecciones responden bien a la terapia oral por sí sola.

En general, el tratamiento se recomienda para un período de cuatro semanas y todos los gatos que viven en el hogar deben ser tratados (con independencia de si  presentan signos clínicos o no). Hay que tener cuidado con el tratamiento si medicamos gatas preñadas o gatitos jóvenes, ya que las tetraciclinas administradas durante el desarrollo de los dientes pueden producir la decoloración de los mismos. En este caso se deberían utilizar otros antibióticos.

¿Se puede prevenir la infección con Chlamydophila?

Existen vacunas en el mercado para proteger a los gatos contra la conjuntivitis por  Chlamydofila. Esta vacuna no siempre previene la infección, pero es, sin duda, útil en la prevención de la enfermedad clínica grave. Su uso es recomendado en situaciones de alto riesgo.

¿Puede la infección ser  transmitida a humanos ¿

Los seres humanos pueden infectarse con Chlamydia spp, pero la bacteria que infecta a los gatos, Chlamydophila felis, está muy adaptado a esta especie. Ha habido uno o dos informes de casos de conjuntivitis humana en los que se sugería que la conjuntivitis se había producido tras el contacto con un gato portador de C Felis, pero el riesgo parece ser muy bajo. Se recomienda tomar las precauciones de rutina en la higiene cuando se produzca la manipulación y el tratamiento de gatos infectados (por ejemplo, lavarse las manos después de acariciarles o dar medicamentos y evitar un contacto cara a cara  hasta que la infección se haya resuelto).

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