Transfusiones de sangre en gatos – el elixir de la vida

 
 

Martha Cannon (Clínica Felina de Oxford) analizó los beneficios y los peligros de las transfusiones de sangre en gatos en la conferencia FAB (Feline Advisory Bureau) de 2008. Como ya sabemos, estas transfusiones no son tan sencillas como lo son en pacientes humanos o caninos.
         
La transfusión sanguínea es un procedimiento que permite salvar vidas. La primera transfusión documentada de humano a humano fue hecha en 1818, no hace mucho tiempo, pero en realidad no fue hasta 1920-1930 cuando se introdujeron los anticoagulantes, permitiendo almacenar y crear bancos de sangre. La ciencia sobre transfusiones en medicina humana  ha avanzado mucho convirtiendo este proceso en algo bastante común. Sólo el Banco de sangre nacional en Reino Unido recoge más de dos millones de unidades de sangre cada año. En medicina veterinaria, las transfusiones se realizan con menos frecuencia que en humana pero pueden tener un papel vital en situaciones de emergencia.
Los estudios a través de los que se han analizado las indicaciones y el éxito de las tranfusiones sanguíneas felinas sugieren que los motivos más comunes para transfusiones en gatos en Alemania (1) y Estados Unidos (2,3) son:
- Anemia causada por pérdida de sangre (44%, 1; 27%, 2; 52% ,3)
- Insuficiencia de médula ósea (38%, 1,3)
- Anemia causada por enfermedad renal crónica (20%, 2)
- Anemia hemolítica (14% ,1; 10%, 3)
En el estudio alemán un 84% de los gatos que recibieron una transfusión  con sangre cuya compatibilidad había sido probada anteriormente, seguían vivos al día siguiente y un 64% de ellos, aún sobrevivían 10 días más tarde. Lo más plausible es pensar que todos los gatos que murieron lo hicieron debido  a las complicaciones de su enfermedad, más que a complicaciones derivadas de la transfusión.
Sin embargo las transfusiones deben realizarse con cautela en los pacientes felinos. Existen dificultades prácticas asociadas a la obtención de sangre y también hay un riesgo más alto que en pacientes caninos de aparición de efectos secundarios tanto en el donante como en el receptor. Estos factores podrían disuadir a muchos veterinarios a la hora de decidir llevar a cabo transfusiones sanguíneas en gatos. En una encuesta hecha en un congreso de la ESFM (2006; datos en archivo) sólo un tercio de los asistentes había realizado una.

¿Cuándo es útil una transfusión sanguínea?
La transfusión proporciona una provisión inmediata de glóbulos rojos (que son los encargados de suministrar oxígeno al cuerpo) y por lo tanto puede ser vital en caso de anemia grave, especialmente si ha habido una pérdida brusca de glóbulos rojos, sin tiempo suficiente para que los tejidos del organismo se hayan adaptado a la reducción repentina del suministro de oxígeno. La sangre también contiene muchos otros elementos que también resultan útiles. Cuando se realiza una transfusión de sangre se aportan tres grupos de elementos principales:

-Eritrocitos: no es posible generalizar, pero las indicaciones más comunes son:

  • Casos de anemia lo suficientemente grave para causar signos clínicos (debilidad, disnea, ataxia, etc)
  • El hematocrito ha caído de forma aguda quedando por debajo de 15%
  • El hematocrito ha disminuido paulatinamente pero está por debajo del 10%

Plasma: es el fluido en el que se mantienen los eritrocitos. Contiene diversas proteínas con funciones esenciales, por ejemplo:

  • Albúmina: es la proteína que mantiene los fluidos dentro del aparato circulatorio. Cuando existe una reducción grave, el líquido de los vasos sanguíneos pasa a los tejidos circundantes (edema) o a las cavidades torácica y/o abdominal (efusión torácica o abdominal).
  • Factores de coagulación: proteínas que causan coagulación cuando hay daño en un vaso sanguíneo.
  • Mediadores de la inflamación: algunos de ellos colaboran en la lucha contra las infecciones, aunque otros son esenciales en la retirada de la reacción inflamatoria una vez que la amenaza queda atrás.

-Plaquetas: células que colaboran con los factores de coagulación en la coagulación sanguínea previniendo sangrados prolongados tras daños menores en los vasos sanguíneos.

Una sola unidad de sangre puede ser dividida en estos tres componentes, que pueden ser utilizados de forma independiente, administrando sólo los elementos realmente necesarios si procede, obteniendo así un beneficio máximo de cada donación y reduciendo el riesgo de reacciones adversas en el gato receptor.. Esto es común en medicina humana y empieza a ser viable en caninos, aunque de momento es poco frecuente en medicina felina.

Grupos sanguíneos y compatibilidad
Las primeras transfusiones sanguíneas en seres humanos – llevadas a cabo hace ya tiempo, en el siglo XVII- no tuvieron un gran éxito porque… ¡se utilizó sangre de ovejas para personas! Por supuesto, ahora no sólo sabemos que la sangre debe ser extraída de un miembro de la misma especie del receptor, sino que los dos deben tener grupos sanguíneos compatibles para prevenir la aparición de reacciones de rechazo.

La compatibilidad sanguínea es particularmente importante en medicina felina porque una diminuta cantidad de la sangre “equivocada” transfundida a un gato puede desencadenar una reacción inmediata y posiblemente mortal en el individuo receptor.

Grupos sanguíneos A, B y AB

Durante muchos años se ha sabido que hay tres grupos sanguíneos principales en gatos:  A, B y AB. El grupo A es el más común y el grupo B es bastante común en algunas razas (ver Tabla 1) pero es poco frecuente en otras. El grupo AB parece ser poco frecuente en todas las razas.
* Si a un gato con sangre tipo B se le transfunde sangre tipo A, los anticuerpos de su sangre se adhieren a los glóbulos rojos  tipo A causando su destrucción inmediata. Esta crisis hemolítica puede ser muy grave  y con frecuencia provoca rápidamente la muerte.
* Si a un gato con sangre tipo A se le administra sangre tipo B puede que sufra tan sólo una forma más leve de reacción inmediata a la que con suerte sobrevivirá, pero empezará  a formar anticuerpos frente  a las células “extrañas” tipo B, causando una destrucción más rápida de las células transfundidas. En el mejor de los casos, el efecto beneficioso de la transfusión durará muy poco tiempo (sólo unos días) y en el peor, el animal quedará sensibilizado frente  a ese grupo sanguíneo, con lo que si recibe posteriormente otra transfusión de sangre tipo B se puede desencadenar una reacción inmediata y mortal.
* Los gatos con sangre tipo AB son muy poco frecuentes. Pueden recibir sangre del grupo A o B, pero no pueden ser utilizados como donantes.
* Esta misma incompatibilidad de grupos sanguíneos puede suponer un problema si una gata de grupo B tiene un gatito de grupo A, lo que puede ocurrir porque el gen del grupo A es dominante sobre el gen del grupo B. La gata tendrá anticuerpos contra el grupo A, que pasará al gatito a través del calostro. El gatito absorberá los anticuerpos, que atacarán sus propios eritrocitos, causando ictericia, anemia y muy comúnmente, muerte.


Tabla 1: Frecuencia estimada de grupo sanguíneo tipo B en diferentes razas de gatos:

Frecuencia baja
(0-10%)

Frecuencia moderada
(10-25%)

Frecuencia alta
(›25%)

Siamés
Tonkinés
Oriental de pelo corto 
Maine Coon
Manx
Bosque de Noruega
Doméstico de pelo corto
Doméstico de pelo largo

Abisinio
Birmano
Exótico
Himalaya
Persa
Scottish Fold
Somali
Sphynx
Burmés

Birmano
Británico de pelo corto
Devon Rex
Cornish Rex
Ragdoll

El antígeno Mik
Recientemente se ha identificado un nuevo grupo sanguíneo que afecta al antígeno eritrocitario 4 Mik. En este caso la incompatibilidad también puede causar reacciones significativas ante la transfusión, aun en gatos cuyos grupos sanguíneos A/B sean compatibles.

Leucocitos, plaquetas y proteínas
Mientras las reacciones más graves ocurren debido a incompatibilidad inmunológica de los eritrocitos, reacciones más leves pueden tener lugar frente a leucocitos, plaquetas y proteínas plasmáticas de la sangre transfundida. Estas reacciones no se detectan en las pruebas cruzadas de compatibilidad; ocurren típicamente durante  la primera hora  y, en general, se resuelven si se identifican a tiempo y se detiene la transfusión. 
Es posible que se den reacciones anafilácticas mortales de esta manera, pero afortunadamente parecen ser muy raras. El uso de componentes sanguíneos en lugar de sangre completa reduce el riesgo.

Reacciones no inmunológicas
Afortunadamente, las reacciones adversas más graves descritas anteriormente pueden evitarse realizando una prueba cruzada de compatibilidad antes de tomar la sangre del donante. No obstante, incluso aunque el resultado de las pruebas sea compatible, en ocasiones se pueden producir reacciones adversas, especialmente si la sangre administrada estaba previamente almacenada. Los problemas pueden deberse  a que la sangre esté excesivamente fría, se haya sobrecalentado, se haya transfunda a un ritmo demasiado rápido, contenga glóbulos rojos dañados por un almacenamiento prolongado, o esté contaminada (por ejemplo por fallos en la asepsia durante la recolección).

Medidas de seguridad para el gato receptor

Si el gato está sufriendo una anemia severa u otra enfermedad que haya causado una pérdida de plaquetas (trombocitopenia) y sangrado incontrolado, una transfusión puede ser vital. Sin embargo hay que asegurarse de que la transfusión no provoque más daño que beneficio.

  • Hay que seguir los pasos adecuados para asegurar, dentro de lo posible, que la sangre del gato donante es compatible con la del recipiente. Como mínimo los grupos de cada gato deben ser comprobados. Lo ideal sería hacer además una prueba para identificar el antígeno Mik y otras incompatibilidades.
  • Debe hacerse  como mínimo un test de FeLV y FIV en el gato donante; lo ideal sería que también se le hicieran análisis de Mycoplasma haemofelis (causa de anemia infecciosa felina -FIA- ver www.fabcats.org para más información sobre FIA), y otras infecciones menos frecuentes que pueden ser transmitidas a través de la sangre.
  • Durante la transfusión, es necesario prestar mucha atención para evitar sobrecargar la circulación del gato receptor, lo que puede conducir a fallo cardiaco congestivo.
  • El gato debe estar bajo vigilancia por si apareciera alguna reacción. Los primeros mililitros de sangre deben ser administrados muy lentamente (1 ml/kg/h durante los primeros 30 minutos) de forma que cualquier reacción adversa pueda ser identificada y se pueda detener la transfusión antes de la administración de grandes volúmenes de sangre.

 

Es importante tomar en consideración todos estos factores y los dueños  deben ser también conscientes de ellos. En una encuesta realizada por la ESFM (European Society of Feline Medicine) el 91% de los veterinarios que habían hecho una transfusión a un  gato habían informado adecuadamente a los propietarios, pero esto significa que un 9% no lo hizo.

A la hora de considerar pros y contras de una transfusión sanguínea también es necesario asegurarse de que la cantidad de sangre administrada va a ser suficiente para aliviar la enfermedad del receptor. Para los gatos anémicos esto puede calcularse mediante una fórmula en función del tamaño del donante,  la gravedad de la anemia, el recuento eritrocitario del donante y el volumen de administración.

 

La seguridad del donante

No es sólo el receptor quien debe recibir atención y consideraciones. La extracción de sangre de un donante sano ha de ser llevada a cabo con un cuidado enorme para asegurar que los riesgos para su salud se mantienen en el mínimo posible.
Las recomendaciones actuales incluyen que el gato donante debe ser:

  • Un gato sano y completamente vacunado que, idealmente, no tenga acceso al exterior.
  • Menor de 8 años de edad
  • De más de 4.5 Kg de peso corporal
  • El hematocrito debe estar por encima de 30%  (preferiblemente, sobre el 35%.
  • Libre de FeLV/FIV/Mycoplasma haemofelis
  • Su grupo sanguíneo debe ser el adecuado para el receptor  y haber realizado las pruebas cruzadas de compatibilidad.
  • De temperamento adecuado para evitar que se estrese durante la visita al veterinario y en ayunas para permitir la sedación requerida para una extracción sin estrés.

Antes de la extracción de sangre también es necesario valorar el hematocrito del donante y calcular los posibles efectos de la extracción del volumen requerido para la transfusión. Esto es muy importante, ya que el reducido tamaño de un gato y  su pequeño volumen de sangre circulante pueden fácilmente provocar que la donación de un volumen excesivo de sangre provoque anemia en el donante.

 

Aunque todos estos criterios sean tomados en consideración, la toma de un volumen significativo de sangre no está exenta de riesgos:

  • La hipotensión es habitual cuando se extraen grandes volúmenes de sangre, especialmente si se requiere sedación. En una encuesta hecha por la ESFM alrededor de un 12% de los veterinarios había encontrado hipotensión como consecuencia de la recolección de sangre.
  • El 20% del volumen total de sangre es la máxima cantidad de sangre que puede ser extraída de forma segura y esto sólo si el hematocrito del donante está por encima de 35%. Si se necesita más de un 10% del volumen sanguíneo del donante, éste volumen debe ser reemplazado administrando fluidos intravenosos.
  • Algunos gatos con enfermedad cardiaca relevante (cardiomiopatía hipertrófica) no muestran signos de enfermedad ni soplo cardiaco: la única manera de detectarla es una ecocardiografía. La extracción de sangre en estos animales puede resultar mortal; en un estudio esto ocurrió en uno de 137 gatos  donantes aparentemente sanos.

 

Bancos de sangre felina ¿Una posibilidad realista?

Teniendo en cuenta todos los riesgos citadosestos riesgos y la necesidad de efectuar un cuidadoso y costoso chequeo de donante y receptor y de realizar las pruebas cruzadas, es comprensible que no sea sencillo encontrar un gato donante en un periodo tan corto como el necesario en una situación de emergencia. Algunas clínicas veterinarias guardan registros de los propietarios que han firmado su conformidad para que sus gatos sean donantes. Esto puede ayudar mucho pero aún así no es siempre fácil encontrar un gato compatible que esté disponible, que pueda ser llevado a la clínica en ese momento y que además esté en ayunas para poder sedarlo con seguridad. Hacer los análisis necesarios previos a la transfusión añade también tiempo y complejidad a la situación.

 

Actualmente existen bancos de sangre  -destinados al uso humano aunque, cada vez hay más bancos que trabajan con sangre canina- donde se almacenan sangre y sus derivados por periodos de tiempo limitados, a los que se puede solicitar el envío de bolsas por mensajería cuando hace falta. Esto supone una fuente segura de sangre previamente testada que hace mucho más viable las transfusiones en las clínicas veterinarias. Es posible que se cree un banco de sangre felina en el Reino Unido, aunque el asunto no está exento de dilema éticos. ¿De dónde procede la sangre?

La extracción de sangre del donante implica ciertos riesgos que ya hemos visto. La gran cantidad de tests necesarios previos a la donación puede limitar el número de propietarios dispuestos a prestar a sus mascotas como “voluntarias” y también añade un costo notable a cada unidad de sangre. Pero si no contamos con estos gatos con propietario ¿nos parece aceptable la idea de mantener una colonia de gatos sin acceso al exterior con el único propósito de utilizarlos como donantes para el banco de sangre? El beneficio potencial para el gato receptor y su dueño es obvio, pero ¿y los donantes?

Conclusión

La transfusión sanguínea puede salvar vidas y supone una valiosa adición a nuestro arsenal de tratamientos, especialmente en gatos con anemia aguda o trombocitopenia. Mientras se ejecute con precaución y con un conocimiento suficiente de la medicina de la transfusión en gatos, pueden ser una opción segura y efectiva. Sin embargo existen problemas reales asociados a la donación de sangre y la salvaguardia de la salud del gato donante, que con frecuencia limitan la disponibilidad de la transfusión en una situación de emergencia. Prestar atención a estos factores es esencial antes de poner en práctica una transfusión un gato.

En una encuesta realizada por la ESFM el 29% de los veterinarios que llevaron a cabo transfusiones sanguíneas en gatos no explicaron los riesgos de la extracción de sangre a los propietarios de los donantes.

 

Referencias
1  Weingart et al (2004) Whole blood transfusions in 91 cats: a clinical evaluation. Journal of Feline Medicine and Surgery  6:3 139-148 
2  Castellanos  et al (2004) Clinical use of blood products in cats: a retrospective study - 1997-2000. Journal of Veterinary Internal Medicine 18:4 529-532 
3  Klaser et al (2005) Red blood cell transfusions in cat: 126 cases - 1999. Journal of the American Veterinary Medical Association 226:6 920-923 (Erratum in 226:7 1094) 
4  Weinstein et al (2007) A newly recognized blood group in domestic shorthair cats: the Mik red cell antigen. Journal Veterinary Internal Medicine 21:2 287-29

 

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