Sindrome de dolor orofacial felino

 
 

Recientemente ha sido reconocido un síndrome de dolor  / mutilación facial felino que es especialmente prevalente en la raza Burmés, aunque también ha sido descrito en Europeos, Burmillas y Siameses. Los trastornos de dolor orofacial, como la neuralgia del trigémino, han sido bien descritos en humanos y el FOPS (siglas en inglés del síndrome felino: Feline Orofacial Pain Syndrome) muestra algunas similaridades con estos. El nervio trigémino recoge información sensorial (por ejemplo dolor y tacto) desde la cara y boca y manda esta información al cerebro. La neuralgia del trigémino se caracteriza por la presencia de un dolor severo en el área de distribución de este nervio, generalmente en la mandíbula. El dolor es precipitado por factores desencadenantes, el más común de ellos es el movimiento facial (como por ejemplo masticar). Se ha propuesto que para que se produzca la neuralgia del trigémino es necesaria la presencia de dos factores:

  1. dolor/sensibilización de las terminales del nervio trigémino (por ejemplo, por la presencia de enfermedad dental)
  2. disfunción en el procesamiento cerebral de la información sensorial procedente del trigémino.

Existe otro síndrome en medicina humana, de presentación mucho más inusual, que forma parte del espectro de la neuralgia del trigémino y que se llama glosodinia (síndrome de la boca que quema). Se produce una sensación de hormigueo o quemazón en la mucosa oral, especialmente en la punta de la lengua. En la mayoría de gatos afectados el problema principal parece ser una sensación de malestar en la lengua, y en muchas ocasiones estos casos son reconocidos por primera vez en una clínica de urgencias debido a que se ha producido la automutilación severa de la lengua de manera aguda. Muchos de los gatos Burmeses afectados están estrechamente relacionados por lazos de parentesco, lo que ha dado lugar a la hipótesis de que pueda haber una susceptibilidad hereditaria. Es posible que esos gatos tengan un trastorno del procesamiento central del aparato trigémino. Subsecuentemente, adquieren una lesión periférica como la enfermedad dental y se desencadena el FOPS. En medicina humana ha sido descrita (raramente) una neuralgia trigémina familiar.   

Síntomas clínicos

Los síntomas clínicos se caracterizan por movimientos de masticación y lamido excesivos, golpeándose la boca con las patas delanteras. Típicamente el malestar es unilateral y cuando se manifiesta de forma bilateral, siempre hay un lado que está peor. Puede ser episódico o continuo. Cuando es episódico a menudo es iniciado después de comer o acicalarse y dura ente 5 minutos y 2 horas. En muchas ocasiones el episodio es precedido por un período de ansiedad. La actividad que se desencadena no es sugerente de una convulsión; el gato permanece consciente y puede ser distraído, aunque en algunos casos a costa de un gran esfuerzo. Algunos gatos presentan un dolor continuo que aumenta de intensidad al excitarse o estresarse. Estos gatos a menudo presentan anorexia y están muy inquietos, requiriendo el vendaje de las extremidades y/o llevar un collar isabelino para prevenir automutilaciones severas. En algunos casos parece haber una asociación con la enfermedad dental, estos se dividen en 4 grupos:

  1. Ulceración oral, especialmente como consecuencia de una infección por calicivirus o de una primovacunación.
  2. Erupción de la dentición permanente.
  3. Enfermedad dental, especialmente enfermedad periodontal y lesiones dentales resorptivas.
  4. Tratamiento dental rutinario reciente incluyendo extracciones.

El tratamiento o la resolución natural de las lesiones orales puede resultar en una mejoría de los síntomas clínicos, no obstante la mayoría de los casos sufren recurrencias que pueden ser más difíciles de tratar. Cuando se presenta en gatitos el problema desaparece cuando las úlceras han curado o los dientes han terminado de salir, no obstante estos gatos pueden tener recurrencias años más tarde cuando ya sean adultos. Otros factores que posiblemente tengan influencia son el estrés, sea por embarazo, enfermedad sistémica o factores ambientales (como en un hogar con múltiples gatos). La remisión y recurrencia espontáneas son frecuentes.

Diagnóstico

Para realizar el diagnóstico se debe descartar la presencia de problemas médicos predisponentes, como la enfermedad dental. Se recomienda que la boca sea examinada por un especialista y que se lleven a cabo radiografías dentales de buena calidad. Las lesiones dentales resorptivas son una de las enfermedades que con más frecuencia se asocia a esta patología, y un tratamiento dental inapropiado que resulte en la presencia de restos de raíces  puede agravar el problema. También es importante revisar en profundidad la historia clínica buscando factores psicológicos (como el estrés en un ambiente con múltiples gatos) e instaurar el manejo apropiado. La exploración neurológica, RM y análisis del líquido cefalorraquídeo son normales en los gatos con FOPS, aunque son útiles para descartar otras causas de enfermedad del nervio trigémino.

Tratamiento

Si existe algún tipo de enfermedad dental debe ser tratado, teniendo en consideración la necesidad de referir a un dentista especializado debido a que la manipulación dental inadecuada puede agravar el cuadro. El tratamiento médico dependerá de la enfermedad subyacente, si es que esta existe. Algunos casos con gingivitis responden al tratamiento con antibióticos, aunque en estos casos no se ha podido descartar que sea debido a una remisión espontánea de la enfermedad. Los antiinflamatorios no esteroideos como el metacam son una analgesia eficaz en los casos leves. Los animales hospitalizados pueden responder al uso de opiáceos (como la buprenorfina), pero los medicamentos con los que se han obtenido mejores resultados son los antiepilépticos (diazepam, fenobarbital o carbamazina). La droga de elección es el fenobarbital (2-3mg/kg cada 12h) debido a que el diazepam puede producir una necrosis hepática idiosincrática. Algunos casos requieren el tratamiento de por vida. Dos semanas tras el inicio del tratamiento con fenobarbital se debe realizar una monitorización de sus niveles en sangre. La mayoría de gatos requieren una concentración en sangre de 20-25mg/l (100-120umol/l) de este medicamento para poder controlar los episodios. La dosis debe ser ajustada según sea necesario y los gatos que toman este tratamiento necesitan realizar revisiones de la función hepática por lo menos cada 12 meses. También se ha utilizado clínica y experimentalmente la carbamazepina, pero no se han llevado a cabo estudios a largo plazo sobre su toxicidad o farmacocinética. Se puede obtener en el Reino Unido como solución en una concentración de 100mg/5ml y se utiliza a una dosis de 25mg cada 12h. Se recomienda la monitorización de los parámetros hemáticos pues este medicamento en humanos tiene efectos tóxicos hematológicos.

 En aquellos gatos en los que existe un componente etológico o un ambiente estresante que contribuye a la patología es esencial realizar los cambios necesarios en el ambiente (bandeja de arena individual, localización de los comederos y espacio privado) junto con técnicas de modificación de comportamiento. Puede ser útil el uso de feromonas en difusor (como el Feliway). Finalmente, medicamentos como la Selegilina pueden ser de utilidad, aunque siempre debe ser usada en combinación con modificaciones en el ambiente y en el manejo del comportamiento.

Recomendaciones para criadores y programa de recogida de ADN

No se han realizado estudios sobre heredabilidad  pero con los datos que se tienen hasta el momento se sospecha que podría tratarse de una enfermedad autosómica recesiva. Esto significa que tanto el padre como la madre padecen o son portadores de la enfermedad. Debido a que hay factores (como la enfermedad dental o el estrés ambiental) con influencia sobre el desencadenamiento de la enfermedad, no todos los animales con un genotipo afectado presentan síntomas clínicos. Un problema potencial para erradicar la enfermedad es que algunos animales pueden mostrar síntomas de enfermedad después de haber sido usados para la cría. Esto hace que para los criadores sea difícil seleccionar aquellos animales óptimos (libres de enfermedad) para la cría. Por ello se ha establecido un programa de recogida de muestras de ADN en colaboración con el archivo de ADN de animales de compañía, Manchester. De este modo se espera conseguir identificar el gen portador de la enfermedad, facilitando el establecimiento de una prueba genética sencilla que permita distinguir a los animales que pueden ser usados para la cría. Mientras tanto, la recomendación es no usar a ningún animal que haya mostrado signos de enfermedad, aunque estos sean sólo temporales. También sería recomendable no usar al padre y la madre de los gatos afectados, especialmente al macho ya que su influencia genética puede tener un largo alcance
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